¿Por qué Gambia?
Probablemente mucha gente necesitará ayuda para poder encontrar en el mapa a este pequeño país, desconocido y aún sin masificar, pero les aseguro que si lo visitan jamás olvidarán las sensaciones que éste les hará sentir.
Este país de África occidental, el más pequeño del continente y origen del comercio de esclavos en siglos pasados, sorprende a lo largo de su recorrido por el río que le da su nombre.
Gambia cuenta con un clima subtropical amable, con dos estaciones bien marcadas, desde noviembre hasta mayo, que es la época seca con baja humedad y temperaturas que oscilan entre los 10 y los 25 grados centígrados; y el período comprendido entre los meses de junio a octubre, que nos encontraremos lluvias tropicales y una temperatura que puede llegar hasta los 40 grados centígrados.
A Gambia se va a gozar de su ambiente relajado, a disfrutar de sus vírgenes playas, a comer langosta a precios irrisorios, a navegar entre manglares por los brazos del gran río, a escuchar música reggae, y a sentir el África ancestral botando por sus carreteras para llegar a selvas impenetrables, donde el silencio nos dará la bienvenida.
Otro dato para considerar son las horas de viaje: cuatro horas y media de avión que hay desde Barcelona, y sin jet-lag, puesto que volamos siempre dirección sur. Buscados con tiempo, encontraremos vuelos muy baratos.
Y otra razón muy importante, es que es seguro, y la libertad de movimiento por territorios apartados es factible; así que puede decirse—lo dicen las estadísticas—que es uno de los países más seguros del mundo. Gambia es todo eso.
Para todos aquellos que les guste visitar lugares sin sobreexplotar, les recomiendo sin duda este destino, pues ni sus paisajes, ni sus increíbles playas, ni el calor y amabilidad de sus gentes les defraudarán lo más mínimo.
Los más aventureros, que queramos conocer lo más profundo del país, nos tendremos que ver con las incomodidades que nos brinda nuestra Madre África, pero a la vuelta siempre podremos contar nuestro viaje con ese puntito que insufla la emoción del descubrimiento.